El funcionario honrado, la última defensa del ciudadano


El funcionario honrado, la última defensa del ciudadano



Corrían los años 50 y tantos cuando un joven madrileño estudiante de Derecho llamado JRS se planteaba su futuro. Era una época muy dura en plena represión franquista pero este futuro abogado tenía las ideas muy claras, quería ser servidor público y con sus estudios,  ayudar a que este país fuese más justo para todos sus ciudadanos. Con esa idea en la cabeza se licenció en Derecho “cum laude” en la Complutense.

Hasta entonces para entrar en la administración tenías que tener “mano” con la Iglesia, el Ejército o la Falange, pero las cosas estaban cambiando, se estaban empezando a convocar oposiciones libres, esa era su oportunidad a estudiar no le ganaban y con las ganas que tenía de ejercer su vocación iba a echar el resto para conseguir una plaza.

En el 1960 JR se presento a unas de las primeras convocatorias de Técnico de Administración General (TAG) para el Ayuntamiento de Madrid, como no podía ser de otra forma consiguió uno de los primeros puestos de su promoción y entró como TAG pelado en el Ayuntamiento de Madrid.

JR lo había conseguido, había logrado entrar en una administración, encima en el Ayuntamiento de Madrid (su ciudad y el organismo más cercano al ciudadano), ahora podría hacer realidad su verdadera vocación.

Como TAG pelado estuvo dos años hasta que consiguió por concurso ser Jefe de Negociado, dos años más tarde gano la plaza de subjefe de sección 2 años después jefe de sección y después jefe de departamento y luego fue nombrado jefe del único departamento central que existía en aquel tiempo.

Durante ese tiempo tuvo alcaldes de lo más variopinto todos ellos nombrados por el régimen y todos ellos consultaban a JR para ajustarse a la norma simplemente porque era el que mejor la conocía.

Llegó la democracia y hubo las primeras elecciones municipales entrando Tierno Galván como Alcalde, JR siempre era consultado ya que era el que más sabía de derecho administrativo (llevaba preparándose toda su vida ,¿cómo no iba a ser el que más sabia?).

Siguieron llegando más Alcaldes “democráticos” y JR siempre era consultado, era mejor consultarle ya que, si no lo hacían, sabían que un informe demoledor echaría abajo toda la propuesta, era mejor que siempre se “ajustase a derecho” si no JR la echaría abajo viniese de donde viniese.

En ese tiempo es cuando yo tuve el honor de conocerle, yo era un joven opositor que iba a  clases de derecho administrativo donde JR era el profesor y autor de los libros que todos estudiábamos para intentar aprobar la oposición. El siempre nos decía: “los funcionarios somos la última defensa del ciudadano, nuestra función es fiscalizar a los políticos para que no se lo carguen todo”. A mi esta frase me parecía un poco apocalíptica y no me lo acaba de creer, ¿Cómo iban querer cargarse todo?  Parecen tan majos en la tele… Hoy en día esa frase me resuena en la cabeza y los hechos sucedidos en estos últimos tiempos cargan de razón a JR. 

Otra idea que nos trasmitía era que: “los funcionarios tiene que alejarse de cargos políticos, ya que al estar nombrados a dedo pierden su independencia y su función fiscalizadora del político”, JR predicaba con el ejemplo durante toda su carrera administrativa rechazó varias veces nombramientos de director servicios, premios con asignación monetaria e incluso tuvo ofertas de ir en lista de algún partido. Él sabía que se lo ofrecían para quitarle del medio y cuando le preguntábamos porque no lo había aceptado nos decía que “esa gente no es de fiar y que no quería tener que deber nada a nadie”  y luego añadía muy orgulloso: “Soy funcionario no político”.  Llegó a rechazar la medalla de Madrid por considerar este tipo de distinciones  (según sus propias palabras) “pueriles y de banal vanidad”.

Pasaron los años y JR ejerció su vocación  hasta que se jubiló sin que ninguno de los Alcaldes sucesivos, unos once en total, lograrán hacerse con él. Echo abajo numerosas propuestas que los políticos intentaban imponer a los ciudadanos porque “no se ajustaban a derecho” y se jubiló sin tener que agradecer nada a ningún político, porque todo se lo ganó por sí mismo.

Actualmente hay muchos TAGs que por un cargo se venden al poder político y les dejan hacer,  ya no son funcionarios ahora son “altos directivos de la administración” van con ipad , visten de Prada y miran por encima del hombro al resto de compañeros. No se dan cuenta, o si, nunca se sabe,  que en cierta forma se han prostituido y han cambiado el control que deberían ejercer sobre los políticos por un cargo que seguramente les durará poco. Aceptando esos cargos pisan a otros compañeros como JR que por méritos y conocimientos deberían ocuparlos,  dejando desprotegida a la ciudadanía ante los políticos y quedando derribada la última defensa del ciudadano.

Cuanto se echa de menos a funcionarios vocacionales como JR que realmente hacían su función de control de los políticos, y no es que no los haya, que los hay, simplemente no pueden llegar a los puestos decisorios porque hay otros que se venden.



En recuerdo de Don JR, Funcionario del Ayuntamiento de Madrid.

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